ESCRITOR Y PUBLICISTA
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INDAGATIO, INTELLEGENTIA, LIBERTAS ET HIERARCHIA
«La esencia del hombre está dentro de su existencia y no en otro mundo» Martin Heidegger – Ser y tiempo
EL PASADO SE ASESINA
EN CADA PASO HACIA EL FUTURO.
CORRAMOS,
SACIEMOS NUESTRA SED
EN LAS AGUAS VENIDERAS
DEL AMOR, DE LA LITERATURA,
DE LA RAZÓN, DE LA CIENCIA
Y DE LA NADA INFINITA Y ETERNA.
2.022
LA GLOBALIZACIÓN HISPANA
El dominico Diego ve alejarse, desde la borda del galeón que le devuelve a las Indias, la costa de España. Siente esperanzada angustia, pues deja una orilla madre para dirigirse a otra, también progenitora, del atlántico océano amniótico que nutre, conforma y une el embrión hispanoamericano.
Hijo de aguerrido soldado español y princesa taína, lleva en la mente, mestizados por sus sangres diversas, el dulce rumor del idioma materno y el rotundo pronunciar de los pueblos castellanos en la voz de su padre.
Bachiller en la complutense universidad fundada por el cardenal Cisneros, aprendió de Luis de Alcalá. Licenciado en Salamanca, escuchó las lecciones magistrales que desde la cátedra dictaban Francisco de Vitoria, Domingo de Soto y Martín Azpilicueta.
En su mente lleva las nuevas ideas de economía y del derecho de gentes para explicarlas en la joven universidad de Santo Tomás de Aquino en La Española.
En su modesto arcón de viaje lleva tratados sobre mercaderes, préstamos, intereses y ventas al fiado; lleva ensayos de teología moral y leyes nuevas; lleva las “Introductiones latinae”, el “Arte de la lengua castellana” y el “Vocabulario español-latino” de Nebrija, en el que, asombrado, descubrió que ya aparecía una palabra taína: canoa.
El anónimo fray Diego sonríe sintiendo la brisa marina en su rostro y se imagina navegante en una gran canoa, tallada en el tronco de la lengua, transportando derechos florecidos en la Escuela de Salamanca y bogando con los remos de su fe católica.
Finalista en el XVI Premio Orola de Vivencias
“La Escuela de Salamanca”
2.021
RENACIMIENTO ALLENDE LOS MARES
Sillares del Imperio, ladrillos que armaron durante siglos a la sociedad virreinal, florecieron en las Indias las universidades y colegios mayores construyendo la constelación cultural hispanoamericana.
Dios lo ahormaba todo. La evangelización en el horizonte. El saber científico y humanístico como herramienta al servicio de la salvación, de la administración de las oficiales cosas y de la vida ordinaria, del cotidiano existir, de los humanos, sagrario de almas trascendentes.
Cualquier persona que se acercase a los edificios de los colegios de los virreinatos españoles y que penetrase en sus estancias percibía la suave brisa del Tormes y del Henares que llegaba, perfumada de docencia, a través de la distancia física y temporal para goce de los espíritus ansiosos de conocimiento. La aguerrida sapiencia de Atenea y las artes de Minerva flotaban en el aire mientras la sabiduría divina impregnaba el éter providencial que todo lo inundaba, desde los rincones materiales a los laberintos mentales y las anfractuosidades espirituales.
Salamanca y Alcalá fueron las maestras de los nuevos Estudios Generales americanos. El Renacimiento, desde sus fachadas platerescas, pétreos retablos anunciadores de mejores porvenires que en sus aulas se construían, navegó la mar océana para implantarse allende los mares y llevar conocimiento y civilización.
Ciudades del saber, guías en la Ciudad de Dios agustiniana, que emanando derecho, humanismo y ciencia se proyectaron hacia el Nuevo Mundo para instruir y conferir personalidad jurídica a los nuevos súbditos de la Corona Hispánica y fraternal amor y fe a las nuevas almas de Dios.
Vivencia seleccionada en el XV Premio Orola de Vivencias “Las universidades de Indias”
Publicada en la Antología del XV Premio Orola, Noviembre 2021
2.020
-Seleccionado en el XIV Premio Orola «Facer Españas» – El Mestizaje – y publicación en la correspondiente Antología. Noviembre 2020.
FLORES DE NOVIEMBRE, FLORES DE AMÉRICA
Trece de noviembre, San Diego de Alcalá. La penumbra de la catedral se orna de silencio y pía unción. En el antepresbiterio, desde la urna, el santo ilumina el espacio y esparce, en perpetuo milagro, un eterno y sublime aroma a flores.
El milagroso santo hizo florecer prodigios a través de los siglos; así, los pioneros españoles, que en sus carabelas descubrían nuevos mundos, llevaban en su devoción al humilde hermano lego franciscano para evangelizar otras tierras allende los mares, hacerlas castellanas y convertir las rosas de San Diego en panes de futuro.
Mestizaje racial, cristianización y sincretismo cultural se desparramaron por campos, pueblos y conciencias desde misiones en las que anónimos frailes vestían hábito de parda estameña ceñido por recio cordón nudoso.
Una nueva España de jóvenes sangres mezcladas.
Un universo de nuevas voces, colorista, ingenuo, agitado.
Una nueva América telúrica y atávicamente renovada.
Un novohispano mundo mestizado.
-Seleccionado en el III Certamen de Vivencias Editorial Letras con Arte. Publicación en la Antología correspondiente.
HUIDA
El descompuesto arrabal está solitario, negro, sucio, recuperándose de una noche de viernes que aún no ha concluido, pero que ya se va lentamente acariciando el frío y yermo asfalto, que yace muerto de esa soledad y esa negrura que nunca abandonan a los extrarradios, al hormigón y ladrillo compartimentado y adornado con indescifrables leyendas de colorines, obras maestras del aerosol de pintura, ingenuas e ignorantes manifestaciones de autoafirmación y rebeldía inútil.
Hay que madrugar para huir de la cárcel del barrio detenido en el tiempo del olvido y la monotonía. De la prisión interior. De las cadenas de neuronas desbocadas. De los escuálidos jacos blancos que galopan desbocados hacia alejados e ignotos edenes.
El reloj apenas ha invadido el territorio de las cinco de la lluviosa madrugada. Tomo subrepticiamente mi escueto equipaje, lo cargo en el coche y salgo sin esperar permisos ni adioses de ningún otro habitante del redil, de la opresiva granja de la vida.
Abandono las avenidas aún habitadas por los trasnochadores que regresan de los paraísos artificiales que la gran ciudad, quintaesencia del desorden civilizado, ofrece en bandeja de plata a sus habitantes, a los más influenciables de sus hijos que trata con moral de madrastra, así que siento que un gran peso se me quita de encima cuando el páramo estepario aparece ante mí enmudecido y húmedo tras la lluvia.
Una luz asoma por el horizonte, desarraigada de la eternidad, inflamando la neblina del amanecer. Es una luminosidad atrayente, hipnótica. Se expande según me acerco hasta rodearlo todo. Sus rayos me traspasan y me engullen voraces.
Toda mi existencia se licúa mientras el manto de la muerte, evanescente, fosforescente, trascendente, afiladamente incisivo, extiende su paz sobre eones de atestados osarios de universos perdidos.
2.019
– Seleccionado entre las 20 mejores vivencias, XIII Premio Orola de Vivencias “Facer Españas”, Conmemoración V Centenario vuelta al mundo Juan Sebastián Elcano – Publicado en la Antología del XIII Premio Orola, Noviembre 2019.
BRUMAS DEL TIEMPO, LUCES DE FUTURO
En las largas tardes de invierno, la noche pronta, la bruma baja, me asomo al mar tras un cristal empañado en cuyo vaho he hecho un agujero con el dorso de la mano. Sobre la mesa queda abierto un libro con el que he viajado muy lejos, siglos en el tiempo, millas marinas en la distancia. En él un grupo de marinos, capitaneados por Juan Sebastián Elcano, un hijo de aquel mar cántabro y bravío, completaban la vuelta al mundo y regresaban cargados de experiencias y de especias. El mundo se comprimía, se completaba la esfera, se globalizaba y nuevos caminos, dibujados como estelas en las aguas marinas, se abrían en todas direcciones de la rosa de los vientos.
Podía imaginar, sentir incluso, viendo las oscurecidas olas en los rompientes que defienden el puerto y escuchando el viento batir los mástiles y flamear las banderas, el arrojo derrochado y los sufrimientos soportados por aquellos marineros quinientos años atrás.
La luz intermitente del faro barre la oscuridad y raja con dificultad la niebla. Parece escribir en la calígine con invisible caligrafía. Tan evanescente como la imaginación que se desborda con la lectura y con la remembranza del ayer. Tan difícil de interpretar como los mensajes que las luces del futuro, hitos del porvenir, nos trasmiten para que emprendamos las circunnavegaciones del mañana hasta completar la construcción de la esfera de la universalidad, hasta alcanzar la perfecta unión entre la particularidad de cada uno y la inmensidad de lo absoluto.
Lancémonos al mar de la vida, rompamos las amarras mentales y naveguemos guiados por fanales pretéritos cuya luminosidad se proyecta hacia el devenir. El océano del poderoso destino manifiesto de la hispanidad nos espera orlado de idioma, cultura y fe.
2.018
-Seleccionado en el XII Premio Orola y publicación en la Antología del XII Premio Orola “Facer Españas”. Noviembre 2018.
EL INDIANO
Las aguas azules y dormidas, brillante espejo del celaje calmo y divagante, dispersaban efluvios antillanos. El céfiro de la tarde acariciaba palmas y transportaba aromas de framboyán y tabaco, de café y guayaba.
Más allá de las majestuosas palmeras que orlaban la entrada de la casona, bajo el árbol de fuego que iluminaba el éter con llamaradas de pétalos de intenso rojo, recostado en un sillón de caoba y enea, los ojos entornados, la guayabera de lino abierta y el sombrero levemente caído hacia la nuca, el indiano saboreaba el habano que todas las tardes se permitía fumar mientras deslizaba la vista por el Cantábrico estival. Miríadas de blancos reflejos impregnaban la brisa que, a rachas, acariciaba las melenas, las faldas de las muchachas que dicharacheras paseaban en la frontera del arenal como flores claras. Las ondas de agua y espuma arribaban a la canela arenosa de la playa como mensajeras de ultramar.
– ¡Abuelo, mira lo que he encontrado, la trajeron las olas!
La niña llegó corriendo con una gran caracola en las manos. Impaciente y solícita se la colocó en la oreja.
– ¡Se oye la mar!
Le dejó escuchando y se fue de nuevo corriendo. Su piel tostada, herencia de la torcedora morena que le había enamorado en las tierras de Vuelta Abajo, brillaba broncínea bajo el sol.
Dicen que todos los mares suenan igual, pero el rumor que traía aquella caracola tenía acentos de la Gran Antilla, dejes taínos, sonidos caribes. Traía añoranzas de tierra caliente y amores mestizos. Encendía sueños de la eterna juventud que construye las Españas de ambas orillas.
-Seleccionado en el Concurso Amores y publicación en la Antología Amores de Letras con Arte.
LOS COLORES DE LA PLAYA Y TUS OJOS
Canela,
refulge alegre la arena
gozándose en la caricia del mar,
y las olas,
albas y esmeraldas,
recorren tu piel furtivas,
aleves,
en riadas de vaivenes
que inundan el fuego lindero
con el agua fugaz.
Amarillo,
brota del parasol brillo
de luz solar,
y sus rayos invaden voraces
el éter perfumado de estío
y al viento que agita en volantes,
en trémulos pliegues,
a las banderas inquietas
que flamean tenaces.
Blanco,
henchida librea de barcos
que siembran la bahía de flores
y nos saludan con sus pañuelos albos
mientras se alejan hacia el horizonte.
Negro,
azabache en tu cabello
que deslumbrante brilla
como fogata de prieto fuego.
Rojo,
pasión y tímido sonrojo
en tu cara de adolescente enamorada.
Verde,
en tus ojos agitación rebelde.
AMOR Y NADA
Mi afán es hacerte feliz,
alzarte y volar, con las alas de mi amor,
sobre todo el dolor y la vulgaridad
de este gélido mundo,
y entrar juntos en el territorio
de un futuro esplendoroso,
en los dominios que imaginan
nuestros desbocados deseos,
en la constelaciones de blancos luceros
que alumbran las evanescentes noches
de los enamorados, las penumbras
cómplices de los amantes,
las vigilantes sombras de la pasión,
el deseo y el carnal desenfreno.
En la madrugada, tras horas
en blanco pensando en ti,
dejé escapar la saeta de mi vista
en la infinitud del negro éter,
y comprendí que tu amor lo llenaba todo,
que tu recuerdo creaba la vida,
que tu sonrisa iluminaba la eternidad,
que tu cuerpo, ofrenda a la belleza,
copaba mis deseos de sexo y placer,
comprendí que mi desazón,
que mi desenfrenada ansia de ti
era mi razón de existir.
El mañana sólo tiene sentido
si en el horizonte estás tú,
el futuro no es apetecible
si no lo dibujan tus manos,
los amaneceres no son dichosos
si no los ilumina el cálido,
el ardiente fuego de tus ojos.
Vehemencia….Avidez….Fuego,
el anhelo del fuego del delirio
por tenerte junto a mi pecho,
el arrebato por poseer tu cuerpo
y tu entregado sexo.
La demencia y el capricho, que hierve
en el interior de mi corazón enamorado,
será el sacrificio al futuro
en el ara del presente
para hacer desaparecer el tiempo
e inmolarnos en la nada,
en la suprema acción de nuestro amor.
2.017
-Seleccionado en el XI Premio Orola – Publicado en la Antología del XI Premio Orola «Facer Españas». Editorial Orola, Madrid. ISBN:978-84-938955-7-0
SUS CALLES
Ya no reconozco las calles.
Mis calles.
En las que correteábamos cuando éramos niños en los tiempos en que los automóviles no dominaban el asfalto, donde había asfalto, y la tierra de los solares, aunque pelada y sin árboles, era escenario de las más grandes aventuras o de las más apasionantes partidas de canicas en torno al gua. Por las que paseábamos como novios ideando mundos futuros que protagonizarían nuestros hijos como dueños de aquellas rúas y de nuestros sueños.
Ya no reconozco las calles.
Mis calles.
En las que vimos crecer a nuestros hijos y envejecer a nuestros mayores. En las que cada mañana el Sol era una promesa de libertad y progreso. En las que la Luna en cuarto creciente auguraba más luminosas noches sin miedo a oscuras creencias. En las que todos caminábamos al unísono sin necesidad de que nadie avanzase delante ungido por poderes usurpados, en las que nadie debía ir dos pasos detrás de nadie por quién sabe qué viejas normas santificadas.
Ya no reconozco las calles.
Mis calles.
Ahora ensombrecidas por extrañas tradiciones y sepultadas en dementes supersticiones atávicas, habitadas por bocas cerradas que propagan silencios ordenados por milenarias escrituras inamovibles, usurpadas por derechos recientes que se imponen a otros ancestrales y subvierten todo aquello que la cultura y el humanismo nos legaron en centurias de razón y estudio, transitadas por rostros embozados por la obligación de ocultar la supuesta provocación, sólo vista en mentes medievales encadenadas de supinos prejuicios, de los libérrimos labios, de la sensualidad de la clara mirada y del cabello flotando al viento.
Ya no reconozco las calles.
Mis calles.
Porque otros, muchos, demasiados, trabajan para facer unas Españas extrañas, lejanas y ausentes arrancando sus raíces.
Ya no reconozco las calles porque no son mis calles.
Son sus calles.
-Seleccionado en el Concurso Relatos de Suspense o Terror Letras con Arte, septiembre de 2017
LUCES
Hacía días que a la inconcreta penumbra invernal del atardecer, y a través de la neblina constante que emanaba de las aguas del río, el barquero veía huidizas luces que, surgiendo del cementerio que yacía en la ladera del cercano cerro, se perdían veloces hacia el caserío del pueblo. Los pasajeros interrogados aseguraban no ver nada, aunque los perros que les acompañaban se agitaban nerviosos y emitían lastimeros gruñidos.
Un día, un viejo ermitaño que regresaba a su humilde morada excavada en la roca de la falda de la montaña, sí dijo ver las luces y afirmó que eran almas condenadas comisionadas por Lucifer para llevarse otras al infierno.
Cuando el barquero remaba en la oscuridad hacia la ribera opuesta, donde estaba su casa, vio como una de las luces impactaba sobre ella y, como si atravesara el techo, se perdía en su interior.
Saltó al pequeño muelle y, mientras amarraba la barca, pensó: “Nada debo temer, soy un buen cristiano, si algo me sucediese es que no hay justicia en este mundo”. Al entrar, con rojas letras de sangre, pudo leer en la pared: “No la hay”.
-Publicación del poema «El libro de tus ojos» en el libro Poemas para la hora del té, de Editorial Mis Escritos, Buenos Aires (Argentina), febrero 2017. ISBN – 978-987-4004-36-9.
EL LIBRO DE TUS OJOS
Me miras con cadenciosa fijeza,
y tus ojos se me presentan
como cristalinas fuentes
que reflejan tus sentimientos
como manantiales de sinceridad,
como precisas saetas del querer,
y yo he aprendido a leer en ellos
todo lo que tu alma siente,
los momentos de dicha y pasión
y los castigos del sufrimiento,
la rebosante alegría de un encuentro
y la desazón de una despedida,
el gran amor que me regalas
y los ardientes anhelos
que viven en lo más profundo
del universo de tus pensamientos,
en la más amorosa y honda expresión
de los luceros de tu cara.
Con el limpio ámbar de tu mirada
me has escrito telegramas de tentación,
cartas de cariño y dulces promesas,
libros de besos y caricias,
enciclopedias de deseo,
pero sobre todo,
maravillosos poemas de amor.
-Publicación de «La ruta de la madrugada» en la antología «Cuentos para leer en el jardín, Editorial Mis Escritos, Buenos Aires (Argentina), febrero 2017. ISBN 978-987-4004-34-5.
LA RUTA DE LA MADRUGADA
Hoy he recorrido de nuevo la ruta canalla de la madrugada, esa imperceptible línea que une, más que separa, el mundo decadente de la noche rendido de alcohol, drogas y sexo, del universo del amanecer al nuevo día, pletórico de propósitos nuevos. La misma en la que hace cuarenta años se servía chocolate con churros y copas de aguardiente, chinchón seco y orujo a las cinco de la madrugada, con las putas en retirada, el obrero madrugador, los borrachos de guardia y algún atento policía de la Social al otro lado de la barra. La misma en la que hoy se beben cubalibres de ron, whisky y gin-tonic, se esnifan rayas de farlopa en algún espejo de azogue tuberculoso, se comen pastillas de éxtasis o se reciben mazazos de “cristal” en el aseo, variaciones todas sobre el mismo tema metanfetamínico, y de paso se come alguna porra con chocolate o con leche.
En esa ambigua hora en la que se reúnen forzosamente los trasnochadores y los madrugadores, todos forzados de la vida, el tiempo se hiela en el éter cargado de humo, y las contradicciones, los fracasos, las falsas esperanzas y las mentiras piadosas te asaltan y, con sus afilados colmillos de traición y deslealtad, te desgarran el corazón, otrora ingenuo, y te despiertan a la verdad de la vida, a la inutilidad del amor desprendido y desinteresado, a la mierdosa realidad emponzoñada de derrotadas ilusiones y de amores imposibles.
“¿Qué vas a tomar?”, me pregunta la morena con el sueño pegado a sus grandes ojos marrones, “no tengo todo el día para ti”, me insiste displicente y decidida a pesar de su juventud. Sin duda ya es una veterana en la brega con los desesperados de la amanecida.
“Vodka, sólo vodka con mucho hielo”, respondo saliendo del ensimismamiento en el que me encontraba.
Me sirve desganada y rápida a un tiempo, con una diligente y aprendida rutina, y se larga ágil al otro extremo de la barra, donde un grupo de polacos le pide que deje la botella completa para ellos. Les mira desafiante y exige que paguen antes, se conoce el episodio de coge la botella y corre. Un papel de 50 cae sobre el mostrador y ella, perdonando la vida con la mirada, suelta la prenda con cuatro vasos y les ignora para el resto de la eternidad con el billete a buen recaudo. Le hago una indicación para que llene de nuevo mi vaso y desvirga con precisión otra botella de Absolut. Me lo llena y me mira a los ojos. Veo cansancio, hastío y desasosiego en su mirada, pero, de pronto, algo se ilumina en ella y me sonríe desde el fondo de su alma, levemente, con un casi imperceptible brillo que sólo yo aprecio. Aquellos ojos, aquella criatura que se convirtió en divina durante unos segundos, se merece un mejor destino en la madrugada, un despertar entre sábanas de seda, mimos, cariño y caricias.
Apuro la segunda copa de un trago, directa al coleto, y miro de nuevo a la criatura angelical disfrazada de adusta y fría muñeca. Qué difícil debe ser conquistar su corazón, qué difícil hacerle comprender el amor verdadero. A pesar de todo salgo del bar pensando que debo tomar más copas de vodka allí, otros días, infinitos días, hasta beberme todos los campos de centeno de Suecia en otras tantas madrugadas si es preciso, para ver de nuevo aquellos ojos y llevarme a su dueña a los iluminados terrenos de la felicidad.
2.016
-Seleccionado en el Certamen “El Búnker Z” de Diversidad Literaria
Publicado el relato “El búnker” en la antología “El Búnker Z” de dicho certamen. Editorial Diversidad Literaria. Madrid, marzo 2016.
-Seleccionado en el X Premio Orola con el poema “El idioma del arrabal”. Publicación del mismo en la Antología del X Premio Orola “Facer Españas”. Ediciones Orola, S.L. Madrid. ISBN:978-84-938955-6-3.
EL IDIOMA DEL ARRABAL
Las gotas de lluvia se precipitan
contra los cristales
en bucles de viento y negrura.
Son agitadas pupilas de dulzura
que tornan en irisadas luces
la madrugada azabache y abisal.
En las rúas de extrarradio y dolor
los arbustos de descuidadas esquinas,
las enredaderas de terrazas enjutas,
los hierbajos de abandonados solares,
beben del mismo maná acuoso
que alimenta a la flor pura
inquilina de barrios altos, esbelto talle,
pálido color, afilada púa,
y a la salvaje flor de arrabal
que se desmelena,
desvergonzada y lenguaraz,
en su humilde feudo de callejón.
Al amanecer,
cuando el agua se pone el manto blanco
y las gotas descienden abrigadas de armiño,
todo se cubre de inmaculado paño,
toda la ciudad es un espejismo
de risas y carreras, de alegría
en los rostros de los niños
que, como jugando, se olvidan de la barrera invisible
que divide los barrios sólo hermanados por los designios
del idioma utilizado para facer las Españas.
Presentación de Antología «Facer Españas». Centro Cultural El Águila. Madrid, 4 noviembre 2016
-Seleccionado en el Concurso de Vivencia de Letras con Arte con el relato “Olivetti Lettera 32”. Publicación del mismo en la Antología Vivencias. Editorial Letras con Arte. Argentina. Noviembre.
OLIVETTI LETTERA 32
Con la llegada del verano el barrio se iluminaba con un sol renovado que, a lomos de revoltosos rayos juveniles, se colaba entre los edificios y alcanzaba recónditos lugares que no podía visitar en invierno. Al igual que la luz de junio, olvidadas las clases hasta septiembre, yo callejeaba libérrimo. Una vez más, enésima ocasión repetida, me detuve ante el escaparate donde se mostraba una colección de máquinas de escribir. En ellas veía poderosas herramientas de evasión, instrumentos taumatúrgicos para viajar lejos de la nada mágica realidad del barrio, por eso esperaba que aquel año, en premio por mis buenas notas, me regalasen una.
Un día, al volver a casa, la máquina estaba sobre mi mesa. Era de un azul celeste en el que se intuían firmamentos estrellados en serenas noches de deseo y placer, que presagiaba el nacimiento del arco iris del amor, de auroras boreales de esperanza y de luminosos celajes de pasión dibujados por algodonosas, por huidizas nubes de armiño.
Ávidos de papel, sedientos de tinta, trotando por las montañas de mi imaginación, los sueños, como duendes emergidos de las tumbas de nuestros antepasados, como almas exhaladas por el hálito de mil generaciones, se sustanciaron a través de mis dedos golpeando teclas, proyectando tipos que imprimían en una hoja inmaculada, al modo de descargas de adrenalina electro-cerebrales, leyendas antiguas de telúricas tradiciones, o historias horrendas de miedo y pánico, o acarameladas cartas de enamoramiento, o memorias de yertos olvidos, o cuentos de bellas princesas que nos salvan del infierno del destino al borde de una barra de bar al final de la madrugada.
Hoy todos mis escritos son nuevos mundos oníricos donde, al igual que en mil tierras de aquende y allende los mares, perpetua se asienta mi patria, vuestra patria, la eterna patria de la lengua.
2.015
-Publicación del microrrelato “Sombras” en el libro “Inspiraciones Nocturnas” de la Editorial Diversidad Literaria. Enero 2015, Madrid.
-Seleccionado en el IX Premio Orola con el relato “Ingenio de Castilla”. Publicación del mismo relato en la Antología del IX Premio Orola “Facer Españas”. Ediciones Orola, S.L. Madrid. ISBN:978-84-938955-4-9
INGENIO DE CASTILLA
A la vecindad del Henares bajaron las invernales brumas. Entre acuosos algodones, las esbeltas figuras de árboles centenarios parecen emanar efluvios de la dormida tierra. Cerca, las torres complutenses se yerguen poderosas como fanales del tiempo. A su regazo se acogen los desvaídos rodales de neblina, y el éter, teñido de agua y cielo, borda aureolas de blanca pureza sobre el caserío dormido, sobre las cimeras espadañas de arrugadas sienes pétreas, sobre las plazas que se desperezan ávidas del día y de sus gentes. Duerme aún la milenaria Iplacea, duerme aún la vetusta Compluto, duerme aún la medieval Santiuste germinada en martirial sangre inocente, duerme aún la renacentista Alcalá velando sus armas y sus letras, afilando el adusto ingenio de Castilla. Todas y una esperan que un clarín las despierte para afirmar el espíritu y recorrer un nuevo tramo, espeso, tal vez duro, serio y esforzado, asentado en la patria de la lengua, del camino del mañana hispano.
Forjado en sol, un repique de campanas orla, hasta el horizonte, el silencio de la aurora de España, hacedora de encuentros. Una salmodia de rezos borda el vacío de los claustros. La sirena de la fábrica hiende las primeras luces del arrabal compitiendo con el cornetín de órdenes, que riza la diana, como un agudo estilete, en torno al céfiro de la mañana que acaricia los barrios ungidos con la honra del sudor. Como blancas palomas de vuelo etéreo, las estudiantiles risas se enredan con el viento y se esfuman juguetonas para transformarse en las aulas en alma del futuro.
Huye la soledad, y un torrente de vida inunda las rúas para de nuevo “facer Españas” mientras la ciudad deja morir dulcemente en su boca el amanecer.
2.014
-Seleccionado en el VIII Premio Orola con el relato “La Bacía”. Publicación del mismo relato en la Antología del VIII Premio Orola “Facer Españas”. Ediciones Orola, S.L. Madrid. Octubre. ISBN-978-84-938955-3-2
LA BACÍA
– ¿Le rapo a vuesa merced las barbas? – le dijo alzando la bacía.
El caballero montaba alfana, calzaba bruñidas espuelas, lucía luengas barbas y se tocaba con chambergo ornado con una larga pluma colorada. Recorría el mercado como quien revista a su tercio antes de combatir, y las mozas le miraban curiosas rebujándose para murmurar sin ser vistas. Se detuvo, se mesó los largos bigotes y miró con displicencia al barbero.
– Aún no ha nacido el ferrero que bata el metal de la bacía con la que un barbero remoje las barbas a este fijodalgo y cristiano viejo – habló como quien lanza un desafío –. Que son seña de señorío y jamás vieron a su dueño usar las manos para trabajar.
– Advierto a vuesa merced que esta bacía tocó la cabeza de otro fijodalgo que desfacía entuertos y socorría a los menesterosos como si de caballero andante se tratase – respondió muy digno el barbero.
– Si la usó como tocado, a fe mía que ese caballero debía tener perdido el juicio y nadie atendería a sus razones.
– Yo le escuché una que hace al caso, y es que con cualquier trabajo se facen grandes las Españas.
– ¡Jamás se habrá pronunciado tamaño desatino a uno y otro lado de la mar océana! – exclamó enojado el caballero.
– Puede vuesa merced pensar lo que quisiese, pero parecíanme los dichos de aquel caballero andante atinados consejos, y los de vuesa merced desatinadas consejas.
El caballero tentó la espada, fijó sus ojos en los del barbero, que le mantuvo la mirada mientras sostenía la bacía en una mano y la navaja en la otra, fuese, y no hubo nada.
ooooOOoooo
-Seleccionado en el I Concurso de Relato Corto Policíaco con el relato “El Negocio” y publicación del mismo en el libro “Antología I Concurso de Relato Corto Policíaco”, Letras con Arte, Argentina.
-Seleccionado en el II Concurso de Poesía “Alma de Poeta” con el poema “La Ruina” y publicación de la misma en el libro “Antología II Concurso de Poesía “Alma de Poeta”, Letras con Arte, Argentina.
-Finalista en el Concurso Poesía Artgerust de Homenaje a Pablo Neruda con el poema “El azabache se marchita al amanecer”, y publicación en el libro Homenaje a Pablo Neruda, editorial Artgerust, Madrid.
2.013
-Participación en la Antología Internacional “Poesía, Cuentos y Vos 2013” – Pasión de Escritores, ISBN-978-987-1872-20-6, Argentina.
-Seleccionado en el VII Premio Orola con el relato “Nieblas y Soles”. Publicación del mismo relato en la Antología del VII Premio Orola de Vivencias “150 autores 150 vivencias”, Ediciones Orola, S.L. Madrid. – ISBN – 978-84-938955-2-5.
2.012
-Seleccionado en el VI Premio Orola con el relato “Imposturas”. Publicación del mismo relato en la Antología del VI Premio Orola de Vivencias “150 autores 150 vivencias”, Ediciones Orola, S.L. Madrid – ISBN 978-84-938955-1-8
2.011
-Finalista en el V Certamen de Relato Breve de Renfe, 5 de mayo, con el relato “El tren de la vida”.
-Seleccionado en el V Premio Orola con el relato “El Viaje”. Publicación del mismo relato en la Antología del V Premio Orola de Vivencias “150 autores 150 Vivencias”, Ediciones Orola, S.L. Madrid- ISBN 978-84-938955-0-1
2.010
-Finalista en el XVIII Concurso Literario de San Martín de Valdeiglesias con el relato “La flor del carbón”.
-Seleccionado en el IV Premio Orola de Vivencias con el relato “Adiós a un Soldado”. Publicación del mismo relato en la página web Orola.es el 6 de julio y en la Antología del IV Premio Orola de Vivencias “150 Autores 150 Vivencias”, Ediciones Orola, S.L. Madrid – ISBN 978-84-923380-8-5
ADIÓS A UN SOLDADO
Nunca me han gustado las despedidas. En esas circunstancias las palabras se enredan con los sentimientos y se agolpan en el pecho, todo él un revoltijo de dudas, presagios y ahogos. Sólo un fuerte abrazo deshace el nudo de la angustia. Así fue aquella tarde, cuando el ocaso se adueñaba de un poniente orlado de nubes enrojecidas y, tras estrecharlo contra nuestros pechos, Astur nos dijo adiós alzando el brazo en señal de despedida: “Todo irá bien, os llamaré desde Herat”.
Una franca sonrisa se adueñó de su faz iluminada de valentía, arrojo y determinación. Era un rostro curtido por un viento secular preñado de gloria, esculpido por la arrogancia del frío septentrión y por la soberana herencia de los Tercios Viejos.
Cuando el avión partió hacia un ya ennegrecido oriente, el dolor y el miedo irisaron las lágrimas que humedecían las mejillas de su madre. De súbito, una paloma aterrorizada voló, buscando la salida hacia la noche, en la acristalada bóveda de la terminal.
2.009
-Seleccionado en el III Premio Orola de Vivencias, en mayo de 2.009, con el relato titulado “Dalí en el Guggenheim”. Publicación del mismo relato en la Antología del III Premio Orola de Vivencias “150 Autores 150 Vivencias”, Ediciones Orola, S.L., Madrid – ISBN 978-84-923380-7-8.
2.008
– Seleccionado en el II Premio Orola de Vivencias, en mayo de 2.008, con el relato titulado “La lluvia y la vida”. Publicación del mismo relato en la Antología del II Premio Orola de Vivencias “150 Autores 150 Vivencias”, Ediciones Orola, S.L., Madrid – ISBN 978-84-923380-6-1.
2.007
– Finalista del concurso de relatos con motivo de la Expoeros 2.007 (9 y 10 de noviembre) de Zaragoza. Su relato “Durmientes” fue uno de los 10 relatos más votados entre los lectores de la página web en las semanas del 15 al 23 de junio, 7 al 14 de julio, y 14 al 21 de julio.
– Finalista en el II Premio Literario de Relatos Breves “Revista Digital I.E.S. Ventura Morón”, con la obra “El Reencuentro”, bajo el pseudónimo de Aidé Corraones. Publicación del mismo relato en un libro recopilatorio del II Certamen de narrativa Breve del IES Ventura Morón., editorial Publicatuslibros.com, Jaén 2.007.
2.006
– Seleccionado en el “I Certamen de relatos Ábaco”, y publicación de “La Máquina” en el libro “Te lo cuento” (ISBN 84-935082-2-5) de la misma editorial, en el mes de junio.
2.003
– Publicación en el Diario de Alcalá del relato “Renaceres”, 12 de
agosto.
2.002
– Primer Premio de Microrrelatos Cómicos del Diario de Alcalá (Alcalá de Henares), publicación del relato ganador los días 17 de agosto y 5 de septiembre de 2.002.
1.999
– Participación en el IV Certamen de Relatos Vecinales Complutenses con ocasión de la declaración por la UNESCO de Alcalá de Henares como ciudad Patrimonio de la Humanidad, siendo designado finalista.
1.997
– Participación en el III Certamen de Relatos Vecinales Complutenses con motivo del 450 aniversario del bautismo de Miguel de Cervantes, resultando finalista.
1.995
– Finalista del I Certamen de Relatos Vecinales Complutenses, 31 de Marzo, Federación Comarcal de Asociaciones de Vecinos de Alcalá de Henares.
1.994
– Colaboración en la revista “Fenares” (número de Abril), de Alcalá de Henares.
– Finalista en el I Certamen de Relato Corto de la Federación Comarcal de Asociaciones de Vecinos de Alcalá de Henares.
1.993
– Primer y Segundo Premio (modalidad de prosa) del IV Certamen “José Chacón” (Excmo. Ayuntamiento de Alcalá de Henares).
1.982
– Colaboración en el libro “Homenaje a Miguel Hernández”, editado por la Agrupación Hispánica de Escritores. Mataró.
Hola, he querido seguirte, pero no se puede. lo intentaré después.
Abrazo de luz.
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Excelentes prosa y poemas.
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Excelente es poco
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